Como ya sabemos, Internet se ha convertido en un pilar fundamental de la sociedad del conocimiento en la que estamos inmersos actualmente. Es por ello que, hoy en día, Internet es visto como el canal de comunicación por excelencia. Una de sus funciones a tener muy en cuenta es que debe emplearse, no solamente para transmitir información, sino también para crearla, transformando así culturas.

Centrándome ya más en la metáfora seleccionada relacionándola con la educación, cabe decir que debemos erradicar ya la idea de que el aula es una especie de isla apartada de todo y todos, puesto que gracias a la ayuda de Internet actualmente es posible sumergirse en una gran cantidad de diferentes y originales perspectivas y visiones sobre una gran cantidad de temas procedentes de cualquier lugar del mundo. Es decir, no debemos simplemente limitarnos a usar Internet como fuente de información, sino también como medio de interacción y cooperación con otras personas, centros o incluso países mediante el intercambio de información, entre otras cosas. Implica, pues, una forma diferente de trabajo colaborativo la cual está centrada en la construcción colectiva del conocimiento.
Este es simplemente uno de los puntos por lo cual, no sorprende que la educación tradicional criticada por alejarse cada vez más de las necesidades reales de los alumnos y basada entre otras cosas en la evaluación fiel de los conocimientos recogidos por el curriculum y el aislamiento del aula, esté en crisis ante la innovadora educación 2.0, caracterizada principalmente por la ruptura del mencionado aislamiento a favor de convertir las clases en redes de aprendizaje y desarrollo para los profesores y alumnos por igual.
